lunes, 18 de enero de 2010

Fritz


Como aquella que hizo volar mi corazón como un caballo desbordado y me hizo despertar al borde del abismo. Justo a Tiempo.

Y en ese ir y venir de la realidad lo que creías cierto, ahora es falso, y los recuerdos que en tu mente perduraban no son más que imágenes que otros ya han olvidado.
Y el pasado se mezcla con un presente líquido; con olas de voces perdidas, algunas calladas, para hacerte imagen nueva, para hacerte movimiento.

Después de tantas tristezas, vienen las sonrisas a granel, como reírnos de nosotros mismos, de lo que quisimos hacer y no hicimos.

Tantas sensaciones, tantos recuerdos…que añoranza, que tristeza, que felicidad, hasta lágrimas. Quiero muchas cosas que no tengo, que algunas las tuve y ahora, las deseo volver a tener…

No dejo de ver la acera, ojalá me dejara de ver a mí.


Cadáver exquisito

Alzheimer

Si tan solo supiera retratar el silencio. Abrí la ventana y una corriente de viento comenzó a besarme el cuello. Ya sus maletas estaban en la puerta. Afuera caía la nieve en forma de risa. Mi boca no sabía cómo cambiar de posición, había olvidado eso de expulsar sonidos que significan algo. Su memoria era como una gran casa, de esas que tienen al menos doce habitaciones, y desde diciembre del año pasado se había estado apagando la luz de cada una; hoy solo quedaba la vela del baño encendida. Un coro de enfermeras miraba desafiante al perro que lo guiaba. Yo había estado llorando tanto tiempo que ya lo había olvidado.

Raquel Abend