miércoles, 29 de julio de 2009

La Última Imagen


Llegó con un cambur en la mano, ya estaba pelado y sin abolladuras. Agarró un cuchillo y le cortó los dos extremos, dejándolo como a una criatura perfecta. Yo seguía amarrada a una silla transparente, sin ropa y ya con el cabello totalmente raspado. Ya me había cortado las uñas y quitado las pestañas, depilado cualquier exceso de materia humana que impidiera dejarme lisa y pálida. Estaba metida en un cubo blanco totalmente iluminado. Pronto me iban a cortar la lengua y a encadenar mi voluntad, mi libre pensamiento y capacidad de sentir emoción. Se acercó y, sin decir nada, colocó al cambur que estuvo sosteniendo, en una silla a mi lado y nos dejó solos. Volvió a entrar y le puso mis uñas, mi cabello, mis pestañas y el corazón de una vaca amarrándolo con una liga azul oscura. Luego con un cuchillo le abrió dos agujeros para que me viera. No pasaron dos días, cuando le pedí que también me quitara la vista.

Raquel Abend

3 comentarios:

  1. Raquel!! surrealista? Simbólico? no sé, pero estupendo. Expreso. Engancha y se queda prendado de la memoria que trata de penetrar el misterio. La descripción, la situación... la verdad es que me sentí expectadora de primera fila.Chapeau

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  2. Es perturbador, por supuesto!!! Y es verdad: la imagen se engancha y se queda grabada. Me gusta que pasas de un elemento a otro con mucha facilidad

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  3. Me asusta, me duele y me mueve mucho.

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