jueves, 6 de agosto de 2009

Bichos


No me siento para nada comprendida con respecto a mi fobia con los animales y los insectos. Lo vivo yo sola. Si se me ocurre comentar una cosita de nada, me mira como si me fuera a comer, como si el temita le hiciera la vida imposible. "No haces ningún esfuerzo", dice. Yo ni siquiera viviría en esta cabaña en medio del bosque. Odio vivir en una casa. Odio la planta baja. Siempre hay humedad y no hay luz; el lugar perfecto para todos estos detestables animales.

Me paso las horas vigilando el suelo en busca de cucarachas, hormigas, culebras y ratones, pero mientras vigilo por abajo, entran los mosquitos, las moscas y las avispas por arriba. Como no puedo atender los dos espacios a la vez, tengo el cuerpo lleno de picaduras. Mientras espío a los rampantes, hacen de las suyas los voladores. Todas las puertas y ventanas tienen mallas, debajo de la puerta también, por si entra una culebra, y siguen entrando. Esto es un bosque frío y aburrido en medio de Europa, pero parece el trópico.

El sábado, mientras cortaba el césped, encontró una culebra en el jardín ¡Dios mío! tan pequeña y delgada... se podía colar por cualquier rendija. "Por tu culpa", me dijo. "Si dejas crecer el césped, se crea un ecosistema y rápidamente los animales lo habitan, ¡pero como querías viajar... descuidamos el jardín! Un jardin necesita atención y lleva mucho trabajo. A ver si te entra en la cabeza. Il faut cultiver son jardin, Rousseau. ¿Te suena?"

Ahora me vino con estas. Rousseau, por tu culpa ya no se puede salir los fines de semana; el señor jardín necesita atenciones y cuidados, pero el asunto es que yo también vivo en esta casa, y también los necesito.
María José Rueda

3 comentarios:

  1. Que bueno! Al principio sentí que era yo la que lo estaba contando. Mi fobia se centra en las cucarachas...

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  2. Me gusta el inicio, atrapas al lector de inmediato...

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